Por nuestro analista de geopolítica y comercio regional
El escenario portuario de Perú está en plena transformación, y en el centro de esta reconfiguración se encuentran dos gigantes: el ya establecido Puerto del Callao y el emergente Megapuerto de Chancay. Más allá de una simple competencia, esta dinámica plantea una redefinición del dominio marítimo en la costa pacífica de Sudamérica, con la creciente influencia de China como telón de fondo.
¿Competencia o Complementariedad? La Estrategia Portuaria El Puerto del Callao, actualmente el principal puerto comercial de Perú, maneja cerca del 80% de las exportaciones e importaciones peruanas. Su infraestructura, aunque robusta, enfrenta limitaciones significativas debido a la congestión operativa y la falta de espacio para una expansión suficiente ante el creciente volumen de comercio.
Frente a este panorama, el Megapuerto de Chancay surge como una solución estratégica para aliviar esta congestión. Los expertos sugieren que, en lugar de una confrontación directa, ambos puertos pueden operar de manera sinérgica y complementaria.
- Chancay se especializaría en operaciones de comercio internacional a gran escala, especialmente en las lucrativas rutas con Asia. Su diseño de «aguas profundas» permite la operación de buques de hasta 24,000 TEUs, los más grandes que surcan los océanos, algo que el Callao no puede manejar.
- El Callao podría evolucionar para servir como un «puerto alimentador» (hub feeder), redistribuyendo las mercancías que lleguen de Chancay hacia otros puertos de la región, fortaleciendo así toda la cadena logística en Perú y Sudamérica.
Esta visión posiciona a Perú no solo como un receptor de carga, sino como un centro logístico clave en el Pacífico para toda América Latina. Países como Chile, Ecuador, Colombia e incluso Brasil verán en Chancay una vía más directa y económica para acceder a los mercados asiáticos, reduciendo significativamente sus costos logísticos.
La Huella del Dragón: Creciente Influencia China El Megapuerto de Chancay es un proyecto emblemático de la creciente influencia económica y geopolítica de China en Sudamérica. Su construcción, liderada por Cosco Shipping Ports, una empresa estatal china que posee el 60% de la inversión (mientras que Volcan Compañía Minera, una empresa peruana, posee el 40%), es parte integral de la macroiniciativa china de la «Franja y la Ruta» (Belt and Road Initiative – BRI). Esta iniciativa busca fortalecer las relaciones comerciales y de cooperación entre China y otros países, y Chancay se convierte en un punto estratégico para el comercio marítimo entre China y Latinoamérica.
Sin embargo, esta profunda implicación china ha generado diversas discusiones:
- Controversias por la Regulación de Tarifas: El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) ha emitido un informe que señala que no existen condiciones de competencia en los servicios portuarios de Chancay respecto al Callao. Por ello, ha recomendado que el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositrán) regule las tarifas del puerto, tal como lo establece la Ley del Sistema Portuario Nacional. Cosco Shipping ha rechazado este informe y está evaluando emprender acciones legales contra Perú, argumentando que su modelo de operación garantiza eficiencia y competitividad. Este pulso por el control de tarifas es clave para definir el equilibrio competitivo con el Callao.
- Exclusividad de Servicios: Originalmente, la Autoridad Portuaria Nacional (APN) había otorgado a Cosco Shipping la exclusividad para la prestación de servicios esenciales, pero luego lo calificó como un «error». Sin embargo, el Congreso peruano aprobó la Ley 32048, modificando la Ley del Sistema Portuario Nacional para permitir que una infraestructura privada como Chancay pueda tener la exclusividad de servicios esenciales sin necesidad de un contrato de concesión, una medida que ha sido vista como una «adecuación normativa» con nombre propio para el operador chino.
- Preocupaciones Geopolíticas de EE. UU.: Estados Unidos ha expresado su inquietud sobre el Megapuerto de Chancay, sugiriendo que podría tener un «doble uso» (comercial y militar) y ser utilizado para recibir buques militares chinos. La jefa del Comando Sur de la Armada de EE. UU., Laura Richardson, ha señalado que esto formaría parte de la estrategia china para consolidar su presencia en Latinoamérica. Si bien expertos locales consideran este escenario improbable en el corto plazo dada la prioridad comercial china, la concepción y puesta en marcha del puerto se ha dado en el contexto de la «guerra económica y comercial» entre Estados Unidos y China, lo que subraya su importancia geoestratégica.
- Impacto Fiscal: También ha surgido un debate sobre el Impuesto a la Renta para Cosco, con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) defendiendo la necesidad de que la empresa tribute, mientras algunos gremios empresariales argumentan lo contrario.
En definitiva, el Megapuerto de Chancay no solo representa una infraestructura de vanguardia que redefinirá la logística en Sudamérica, sino también un campo de juego donde se manifiestan las dinámicas de poder global, con China consolidando su posición como un actor internacional clave en el comercio marítimo. La «batalla» entre Chancay y Callao, más allá de la eficiencia, es un reflejo de las complejas relaciones comerciales y geopolíticas en la región.